El libro de José Beneroso Santos arroja luz sobre las reuniones que mantuvieron en Gibraltar algunos de los militares que se alzaron contra la II República española en julio de 1936.
“La verdad se corrompe tanto con la mentira como con el silencio”. Esta cita de Cicerón, que José Beneroso Santos utiliza en el preámbulo de su libro, ‘Franco en Gibraltar, marzo de 1935’, es ya, de entrada, toda una declaración de intenciones.
Tal y como se explica en la propia portada del libro, editado por Imagenta, lo que el lector puede encontrar en sus páginas, fruto de varios años de intensa y laboriosa investigación, son los “antecedentes, desarrollo y consecuencias de una conspiración silenciada”.

El libro, que se presentó oficialmente el pasado 29 de enero, en el transcurso de un acto celebrado en la Biblioteca Municipal ‘José Riquelme’, en La Línea, se estructura en cuatro partes. La primera se centra en la importancia que Gibraltar tenía en los años 30 como un enclave estratégico político-militar y económico de primera magnitud; se analiza la figura de personajes como Pablo Larios y Juan March, y se aportan interesantes reflexiones sobre “las buenas y malas prácticas” de la oligarquía empresarial gibraltareña de la época, así como sobre la problemática de los suministros de combustible.
La segunda parte entra de lleno en los sucesos de octubre de 1934, como preludio de la Guerra Civil española.
Y la tercera, bajo el epígrafe titulado “Las visitas a Gibraltar en los meses de marzo y abril de 1935: Diseño de una conspiración”, desarrolla, al fin, los hallazgos que justifican, por sí solos, la existencia de este libro: los viajes que realizaron a Gibraltar, en los meses previos al golpe contra la II República española, políticos como Martínez Barrio o Rico Avelló y militares como Sanjurjo y Francisco Franco: el general que llegaría a dirigir 40 años de dictadura y a ordenar un hecho tan traumático como el cierre de la Verja.

La cuarta parte aborda la situación que se vivió en “Gibraltar en tiempos de guerra”, con una atención especial a lo que significó la evacuación de buena parte de su población durante la Segunda Guerra Mundial, así como a la ruptura con una España que ya había renunciado, tiempo atrás, a la vuelta de la monarquía.
Tal y como Beneroso Santos reconoce en el preámbulo, este libro comenzó a gestarse en septiembre de 2008, cuando, en una de las numerosas visitas que realizaba al Archivo Municipal gibraltareño para documentarse sobre los primeros días de la Guerra Civil española en la comarca, se tropezó con una “noticia” de que Franco había estado en Gibraltar.
“Revisando algunos ejemplares del Gibraltar Chronicle, que llegó a editar una versión en español durante la segunda quincena de julio de 1936, para informar de lo que sucedía al otro lado de la Verja, localicé una pequeña esquela que aparecía en un ejemplar del día 9 de marzo de 1935, en su página 3, en la que se informaba muy brevemente de una visita realizada por Franco a Gibraltar el día anterior…»
«Yo, hasta ese momento, desconocía ese hecho, y, para mi sorpresa, más tarde pude comprobar que tampoco había trascendido a la opinión pública. Ni los más renombrados biógrafos de Franco ni la historiografía más especializada lo había recogido… Y si en algún momento se tuvo noticia de ese suceso, nadie lo consideró interesante ni le concedió la relevancia que debió tener”, cuenta.
A partir de ahí comenzó una investigación que primero encontró el cobijo del Instituto de Estudios Campogibraltareños, y para la que contó con la colaboración de la periodista Belén López Collado, con la que también publicó en la Revista Lacy, de San Roque, en 2009, un artículo titulado «La Guerra Civil española en las páginas del Gibraltar Chronicle. Del 21 al 31 de julio de 1936».

Curiosamente, tanto este artículo como su exposición en las XI Jornadas de Historia del Campo de Gibraltar celebradas en Jimena en noviembre de 2010 (y cuyas actas fueron publicadas en la Revista Almoraima nº41 en 2014), parecieron producir cierta “incomodidad” en la zona.
“Nadie quiso preguntar, ni tampoco, si se sabía algo, profundizar en la cuestión. Ningún medio tampoco se pronunció en los días posteriores. De hecho el silencio ha sido la única respuesta durante estos años”, cuenta el escritor.
Sin embargo, lejos de desanimarle, ese mutismo y el convencimiento de que tenía entre sus manos un hallazgo histórico repleto de incógnitas aún por resolver, motivaron a Beneroso Santos a profundizar en su investigación,
que en el año 2016 encontró el reconocimiento del profesor Salustiano del Campo y la Academia de Ciencias Morales y Políticas de Madrid, y que ahora, por fin, llega al público en forma de un libro que aporta importantes novedades con respecto a la investigación inicial y que no pretende molestar a nadie, sino, simplemente, servir “al deseado y noble objetivo de conocer la verdad”.