El Estrecho de Gibraltar, nexo de unión entre Europa y África, y entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico, se convierte cada año por estas mismas fechas, cuando caen las hojas de los árboles, bajan las temperaturas y aparecen las primeras lluvias, en el escenario de un grandioso espectáculo de la naturaleza, digno de ser observado: la migración de millones de aves.
Según los cálculos de los ornitólogos, unos 30 millones de ejemplares se desplazan entre Europa y África dos veces al año: en primavera (migración prenupcial), cuando vienen del continente africano a sus áreas europeas de cría, y en otoño (migración postnupcial), cuando regresan a sus “hogares” del sur para pasar el invierno.
Además, aunque menos conocidas, también se producen en el Estrecho de Gibraltar migraciones de aves marinas, con grandes desplazamientos de entrada y salida entre el océano Atlántico y el mar Mediterráneo.
“Estas migraciones de aves terrestres y aves marinas, a nivel mundial, sólo se producen en el Estrecho de Gibraltar, lo que lo convierte en un lugar de visita obligada a nivel internacional para todos los amantes de la ornitología”, afirman desde la consultora ambiental Ornitour.
A primeros de octubre, coincidiendo con la celebración del Día Mundial de las Aves, esta entidad anunciaba la próxima reedición ampliada de su “Guía de las Aves del Estrecho de Gibraltar, Parque Natural Los Alcornocales y Comarca de la Janda”, editada por primera vez en el año 2002 y considerada en la actualidad como un referente para el estudio, la investigación y el turismo ornitológico, con 18.000 ejemplares editados y 7.000 descargas de su versión digital desde más de 50 países de todo el mundo.
Según ha anunciado David Barros, gerente de Ornitour y biólogo (y también coautor de la obra, junto con David Ríos, técnico en Gestión Ambiental), la reedición de este libro “obligado” sobre las aves del Estrecho, cuya publicación está prevista para mediados de 2021 (si la Covid lo permite), seguirá siendo bilingüe, en castellano e inglés, e incluirá un total de 440 especies y subespecies, 60 más que en la publicación anterior.
“En estos casi 20 años son muchas las especies nuevas que se han podido observar en este área, por lo que vendrán actualizadas todas las fechas de observación, gráficas de migración y mapas de distribución, con ilustraciones del prestigioso dibujante Juan Varela”, explica.
La guía, que cuenta con la financiación de la empresa tecnológica Torsa Renovables, amplía considerablemente los capítulos dedicados al turismo ornitológico, con un desarrollo “exhaustivo” de los lugares de interés y espacios donde poder realizar jornadas turísticas, “todo ello gracias al uso de códigos ‘QR’, que permiten exponer con detalle en la web cada uno de los enclaves y rutas más interesantes”.
La reedición de esta atractiva publicación cuenta también con el apoyo de entidades públicas y privadas como las Consejerías de Turismo y de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, la Consejería de Medio Ambiente de Ceuta, el Departamento de Medio Ambiente de Gibraltar y la Fundación Cepsa.
Un atractivo turístico para la zona
La observación de la migración de las aves por el Estrecho de Gibraltar atrae cada año a la zona a miles de amantes de la ornitología, y en torno a ella se organizan también rutas, jornadas formativas, conferencias y todo tipo de actividades, que este año, no obstante, se han visto condicionadas (muchas de ellas incluso anuladas) por las restricciones y medidas de seguridad derivadas de la lucha contra la pandemia de la Covid-19.
Entre ellas las planificadas por entidades veteranas como Birding Tarifa, que había organizado para el pasado mes de septiembre el evento “Despedida de Aves Migratorias”, con presentaciones de libros, proyecciones, talleres para escolares y excursiones a enclaves privilegiados de observación, como la Isla de Tarifa y el conocido observatorio de Cazalla.
Un ritual que se prolonga hasta diciembre
En cualquier caso, con prismáticos pendientes de sus movimientos o sin ellos, las aves migratorias han cumplido un año más con su eterno ritual, que comienza cuando el verano apura sus últimas tardes y se prolonga durante todo el otoño, incluso hasta entrado el mes de diciembre. Entre ellos, según explica en su blog Manuel Morales, de Birding Tarifa, miles de ejemplares de jóvenes buitres leonados, nacidos en España y otros países de la Europa meridional, como Francia y Portugal, y que viajan ahora hacia África para alimentarse, fundamentalmente, “de las grandes carroñas del Sahel africano”, acompañados en su tránsito por algunos buitres negros (cada vez más escasos) e incluso por algún que otro buitre leonado.
Por otra parte, finalizado ya el viaje de las especies que viajan por debajo del Sáhara, el otoño es también una buena época para observar en el Estrecho la denominada “migración presahariana”, en la que abundan los zorzales comunes y los alirrojos, pero también pueden apreciarse especies como las lavanderas blancas y las bisbitas comunes.
Además, según continúa contando Morales, “conforme avanza el otoño la presencia de invernantes se va haciendo cada vez más conspicua, y aparecen aves como el esmerejón, el aguilucho pálido, el búho campestre, la avefría europea o el omnipresente colirrojo tizón”. Y es también, precisamente, en esta época, cuando aparece “una de las aves más espectaculares de cuantas surcan los cielos de nuestra comarca”: las grullas, que van llegando a la antigua laguna de La Janda procedentes de países tan lejanos como Finlandia, Polonia, Estonia y Suecia, entre otros.