Una de las rutas más relajantes de cuantas se pueden realizar en verano en el Campo de Gibraltar es, sin duda, la de las Marismas del río Palmones, entre el litoral de Algeciras y Los Barrios.
Un lugar de singular belleza que se puede recorrer en cualquier momento del año, pero que resulta especialmente agradecido en las cálidas mañanas y tardes estivales, cuando el frescor del agua y de la cercana brisa se convierten en los mejores compañeros de excursión.
Tal y como se explica en la información facilitada por la red de Espacios Naturales de Andalucía, el río Palmones conforma en su desembocadura un espacio marismeño que se asienta sobre los materiales que ha ido depositando a su paso. El paraje, de 113 hectáreas, está formado por tres zonas diferenciadas:
“una cadena de dunas, de una longitud cercana al kilómetro; una marisma, atravesada por multitud de canales y pozos intermareales; y una zona encharcable, que representa los restos de la marisma desecada en otro tiempo”.
La particularidad de este enclave reside en que se ha conservado hasta nuestros días, en un área, la de la Bahía de Algeciras, que soporta desde hace décadas una gran presión urbana e industrial que, sin embargo, no ha provocado un deterioro irreversible en el paraje, aunque cada vez son más las voces que alertan sobre la necesidad de no bajar la guardia al respecto.
Lo más singular de Palmones, en relación con los demás humedales de la comarca, es su estuario mediterráneo, con características atlánticas.
Tal y como se explica desde la Consejería de Medio Ambiente, sus fangos están cubiertos de “un tapiz vegetal de especies adaptadas a altas concentraciones salinas, como carrizos, salicornias y juncos”.
Además, cabe tener en cuenta que la localización geográfica de este enclave resulta idónea para la observación de una importante avifauna, ya que el paraje es, en sí mismo, una zona de paso y descanso para miles de aves migratorias, en su viaje intercontinental entre Europa y África.
Resulta casi obligatorio hacer el paseo con unos buenos prismáticos, especialmente en las zonas del año más propicia para el llamado “turismo ornitológico”.
Importante riqueza ornitológica
Tal y como se destaca desde la Junta, y también desde las asociaciones ecologistas, la riqueza ornitológica del lugar es “muy importante”, con más de 350 especies censadas, destacando por su abundancia los chorlitejos, los correlimos y las garzas.
Las especies migradoras invernantes tienen también en este paraje un codiciado refugio, destacando entre ellas la espátula común, la grajilla cangrejera, el águila pescadora, la grulla común, el ánade friso y el ansar común, entre otras.
En cuanto a los mamíferos, entre los animales residentes destaca la presencia de la nutria, una especie altamente protegida y de difícil avistamiento.
En lo que respecta a la flora, en la zona intermareal se encuentra una vegetación con amplia presencia de lentisco, mirto y espino negro, entre otras especies vegetales propias de ese tipo de hábitats, como las macroalgas rojas, mientras que en la franja de dunas litorales se encuentran plantas como el junco, la espartina, la salicornia y el cardo marino, y una especie de gran interés para los amantes de la botánica, la efedra.
Tal y com han denunciado en varias ocasiones los ecologistas, algunas de estas especies se han visto amenazadas en los últimos tiempos por platas alóctonas de rápida colonización, que fueron plantadas en su momento, al igual que en otros sistemas dunares, para evitar las pérdidas de arena. En este sentido, resulta “especialmente preocupante” la proliferación de la especie conocida como “uña de gato”, que ocupa una gran extensión, y sobre la que existen “programas de erradicación y sustitución por especies locales”.
Un paraje natural protegido como Zona de Especial Conservación
Por todos estos motivos, el paraje de las Marismas del Palmones fue incluido, en 1989, en el Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, aunque en un principio solo se protegió una superficie de 58 hectáreas.
En 2011 ya se aprobó el Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN) del paraje, y se amplió en 55 hectáreas su superficie protegida, abarcando a partir de entonces, además de las marismas mareales, el cordón litoral y el llamado “sistema dunar secundario”.
Esta declaración se hizo efectiva en noviembre de 2013 junto a la declaración del paraje como Zona de Especial Conservación (ZEC), y su incorporación a la Red Natura 2000. Esta nueva figura de protección vendría a sumarse a la declaración de la zona como Zona de Especial Protección para las Aves (Z.E.P.A.) llevada a cabo en 2002.