Apodado El Justiciero, Alfonso XI fue el único rey europeo que murió a causa de la Peste Negra, y lo hizo en lo que ahora es La Línea de la Concepción, durante su segundo asedio a Gibraltar para intentar liberarla del dominio musulmán, algo que no consiguió, aunque sí recuperó el Reino de Algeciras.
Bucear en la historia nos puede deparar episodios sorprendentes ocurridos en nuestra zona. Uno de ellos, seguramente desconocido para muchos, es la vinculación del rey de Castilla Alfonso XI con el Campo de Gibraltar, que falleció a causa de la Peste Negra en su segundo asedio a Gibraltar. Fue el único monarca europeo que murió como consecuencia de esta pandemia.
Y es que la crisis sanitaria mundial generada por el Covid-19 ha hecho que nos interesemos por otras pandemias de la historia que se cobraron millones de vidas, como la mal llamada Gripe Española, que arrasó el planeta entre 1918 y 1920, y que acabó con la vida de más de 40 millones de seres humanos.
Pero mucho ante se produjo otra pandemia global, la Peste Negra, que entre 1347 y 1351 provocó 200 millones de muertes. Según National Geographic, la Península Ibérica pudo haber pasado de seis millones de habitantes a poco más de dos, por lo que habría perecido más del 60% de la población.
Y fue la Peste Negra la que acabó con la vida, cuando sólo tenía 38 años, del rey Alfonso XI, apodado El Justiciero y El Cruel. Nacido en Salamanca en 1311, fue hijo de Fernando IV de Castilla y Constanza de Portugal. Ascendió al trono con sólo un año de edad y su regencia la asumió su abuela María de Molina. Con 15 años le llegó la mayoría de edad y su reinado real, en el que se propuso liberar el Estrecho de Gibraltar del dominio musulmán.
La relación de Alfonso XI con el Campo de Gibraltar durante los años de contienda fue intensa. Hasta en cinco ocasiones llegó a esta comarca acompañado de su ejército, según Manuel López Fernández, doctor en Historia por la Universidad de Educación a Distancia (UNED).
Primer asedio a Gibraltar
Según publica López Fernández en un informe del Instituto de Estudios Campogibraltareños, Alfonso XI de Castilla puso en junio de 1333 sitio a Gibraltar, que había sido recuperada por los benimerines y que estaba en manos del infante Abu-Malik. El monarca castellano asentó uno de sus campamentos en el istmo. Los musulmanes de Granada y Algeciras bloquearon a los castellanos “en el banco arenoso que separa Sierra Carbonera del Peñón”. Por ello, el rey ordenó una cava –un foso- de costa a costa para esperar en retaguardia cómo se desarrollaban los acontecimientos.
Francisco Millán Reviriego publica un interesante artículo en La Línea en Blanco y Negro titulado “Alfonso XI, el rey que vivió, amó, luchó y murió en La Línea”, que nos acerca más a lo que ocurrió.
La primera vez que se desplazó a la zona fue en junio de 1333 para socorrer la plaza de Gibraltar, cuyo alcaide era Vasco Pérez de Meirás, que según este estudioso, la dejó en un abandono lamentable, algo que aprovechó el hijo del sultán de Marruecos para asaltarla y hacerse con ella. El rey castellano convocó un Consejo de Guerra y nueve días después, ya estaba con su ejército en la zona que conduce al istmo. Tras casi dos meses frente a Gibraltar, el monarca abandonó el istmo y se marchó a Sevilla sin cumplir su objetivo.
Toma de Tarifa y Algeciras
Años más tarde, en 1342 y tras ganar a los musulmanes en la Batalla del Salado en Tarifa en 1340, Alfonso XI puso sitio a Algeciras, que también estaba en poder de los benimerines. “Una gran escuadra genovesa, al mando de Egidio Bocanegra, pagada por el enorme y rico botín conseguido en la Batalla del Salado y apoyada por naves catalanas, bloqueó el puerto de Algeciras.
A los contingentes cristianos se unieron ingleses y alemanes, mandados por Enrique de Lancaster y por el conde de Salisbury. También se unieron Felipe de Evreux, Rey de Navarra, que murió durante el cerco, y algunas naves enviadas por Francia”, cuenta José Alberto Cepas en Revista de Historia.
Los cristianos vencieron a los benimerines en la batalla del río Palmones y Alfonso XI entró en Algeciras el 27 de marzo de 1344 de manera triunfal. Una estatua en esta localidad lo conmemora.
Segundo asedio a Gibraltar
Tras la tregua pactada con los musulmanes en la toma de Algeciras, Alfonso XI se dispuso a sitiar de nuevo Gibraltar e inició el cerco en 1349, acampando al norte del Istmo, en los alrededores de Carteia. Aunque al principio intentó tomar la plaza al asalto, “por medio de los más poderosos artefactos bélicos entonces conocidos”, y los defensores estuvieron a punto de rendirse temiendo sufrir otro sitio tan prolongado como el de Algeciras, la escasez de dinero hizo que desistiera del asalto y se limitarla a sitiarla.
Según Millán Reviriego, para ello arrasó totalmente las huertas y sembrados existentes en terrenos donde hoy está asentada La Línea. “A continuación colocó su campamento en la explanada formada al este por el istmo, probablemente en los alrededores de La Atunara. El campamento fue instalado no sólo con espaciosas tiendas de campaña sino que se construyeron edificios de obra para las damas y altos dignatarios de la corte”.
En febrero de 1350 habían transcurrido ya siete meses desde que se inició este nuevo bloqueo a Gibraltar. “Los musulmanes eran abastecidos en abundancia con frecuentes socorros llegados a la costa africana, ante la impotencia de la escuadra castellana. A esta contrariedad vino a sumarse otra peor que iba a impedir la conquista de Gibraltar: una epidemia de peste que llegó hasta el campamento real. Pese a los consejos para abandonar lo que hoy es La Línea, Alfonso XI se negó a levantar el sitio y murió a causa de esta pandemia”. En esta última ocasión, Alfonso XI había pasado estos siete meses en lo que hoy es La Línea junto a su amante, Leonor de Guzmán.
Levantado el cerco de Gibraltar sin conseguir recuperar esta plaza, el cuerpo del monarca fue llevado a Sevilla, donde recibió sepultura. Con su muerte, la Reconquista quedó interrumpida.
Millán Reviriego recoge además en su publicación que muchos musulmanes acudieron a presentar sus respetos al rey cristiano cuando murió y que cuando, sus tropas comenzaron a levantar el campamento y a retirarse de sus posiciones delante de Gibraltar, llevándose con ellos el cadáver del monarca, parte de la guarnición de Gibraltar salió fuera de las murallas y otra parte se formó en las almenas.