El Ayuntamiento de San Roque organiza paseos literarios en Guadarranque, donde vivió y falleció Rosalinda Fox, la espía británica del libro ‘El tiempo entre costuras’
Han estado ahí desde hace mucho, pero han pasado desapercibidas para quienes no son de Guadarranque.
Se trata de las huellas que ha dejado en esta pedanía de San Roque Rosalinda Fox, la espía británica inmortalizada por María Dueñas con su novela ‘El tiempo entre costuras’, un best seller que dio paso a una serie televisiva.
El siete de febrero se cumplirán dos años de una iniciativa del Ayuntamiento de San Roque que sigue generando un gran interés.
Se trata del paseo literario ‘El tiempo entre costuras’, diseñado por la concejalía de Bibliotecas y dirigido por la escritora María Ángeles Chozas, que adentra a los participantes en quién fue una mujer convertida una leyenda y que también protagoniza el libro de Boris Izaguirre ‘Un jardín al norte’.
El paseo te hace redescubrir a Rosalinda Fox, un bellezón según dicen quienes la conocieron y una mujer de carácter, mucho carácter. Aunque ella siempre lo negó, fue una espía británica de la que se enamoró el primer ministro de Asuntos Exteriores de Franco, Juan Luis Beigbeder, y que fue elogiada por el mismo Churchill.
El recorrido comienza por una visita a su primera vivienda en Guadarranque, a donde llegó en Rolls Royce y con unos impresionantes camiones de mudanza.
La vivienda la amplió para imitar un riad marroquí. Hoy está en ruinas, pero mantiene cierto señorío. Allí se organizaban fiestas y reuniones con personajes de primer nivel de la época.
Fox llegó a Guadarranque en 1957 y se enamoró de este rincón del Campo de Gibraltar. Su llegada causó un gran impacto en un pequeño poblado de pescadores con casas de mampostería.
Su melena rubia y sus intensos ojos azules, pero también la elegante ropa de Chanel y otras prestigiosas firmas de París que vestía y su intenso perfume dejaban huella por donde pasaba. Fue pionera en muchas cosas. Entre otras anécdotas, introdujo el bikini en una zona en la que la gente vestía de luto. Sin duda, toda una revolución en Guadarranque pero no todo fue tan glamuroso.
Según Chozas, Rosalinda Fox nada tenía que ver con el personaje de María Dueñas.
Una parte quienes la conocieron dicen de ella que tenía demasiado carácter y que se portó mal con ellos, que era muy altiva con los vecinos. Otros, por el contrario, se deshacen en elogios.
Y es que Rosalinda Fox quiso comprar voluntades entre los lugareños para hacer de Guadarranque, una zona de ensueño entonces, una urbanización de lujo, algo similar a Sotogrande.
El paseo nos lleva después a otros inmuebles que construyó y donde vivió. En todas figuran a la entrada un relieve de un perro de presa, el mismo que llevaba en un gran anillo, y el lema “Si dios quiere”, la frase que Rosalinda siempre repetía.
El final del recorrido deja un mal sabor de boca. Es la última casa en la que vivió. Es ahí cuando los participantes conocen el destino final de esta sorprendente mujer, un final que, como todo lo que envuelve a Rosalinda Fox, no deja indiferente.
Y es que Rosalinda murió a los 96 años en la indigencia, ayudada por Cáritas y los Servicios Sociales. Sus cenizas están bajo un rosal en la última vivienda que habitó. Nadie de su familia fue a velarla. Triste final para una vida de lujos, intrigas y glamur.
Luego, quizá para compensar esa sensación de desasosiego, Chozas muestra decenas de fotografías que crean una imagen más precisa de quién fue la espía británica de Guadarranque, quién fue Rosalinda Powell Fox.
Rosalinda murió a los 96 años en la indigencia. Nadie de su familia fue a velarla. Triste final para una vida de lujos, intrigas y glamur…
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