Las obras del túnel del aeropuerto de Gibraltar han registrado numerosos retrasos y problemas desde su adjudicación en 2008. Los trabajos estarán terminados durante el segundo trimestre de 2021, según las nuevas previsiones del Gobierno de Gibraltar.
El proyecto de carreteras y túneles del aeropuerto de Gibraltar está próximo a finalizar, si es que no surgen nuevos problemas. Se trata de una obra de envergadura y de una asignatura pendiente para Gibraltar que sigue sin ser materializada.
El objetivo es evitar el recorrido actual que cruza la pista de vuelos, aliviando así la congestión del tráfico y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y visitantes de Gibraltar.
Según el Gobierno de Gibraltar, los trabajos están avanzando y, según ha indicado a ReachExtra, prevé que estén terminadas en el segundo trimestre de 2021: “Las obras del proyecto de carreteras y túneles del aeropuerto están avanzando y el contratista ha completado la mayoría de las obras civiles. Están avanzando con las instalaciones mecánicas y eléctricas y si se mantiene el progreso actual, se prevé que las obras se terminarán durante el segundo trimestre de 2021”.
OHL es la empresa española encargada del diseño y construcción de una vía de 1,24 kilómetros de longitud y dos carriles por sentido, que conectarán el control fronterizo con España con la Devil’s Tower Road, dando acceso además a Eastern Beach Road y a Catalan Bay Road.
La vía circunvalará el aeropuerto de Gibraltar y parte de su trazado se ejecutará mediante un túnel de 350 metros de longitud bajo la cabecera 27 de la pista de vuelos.
Paralelo a este túnel, el proyecto incluye la construcción de otro para ciclistas y peatones. Ambos túneles contarán con las correspondientes instalaciones eléctricas, mecánicas y de seguridad vial, de señalización y de drenaje.
Los trabajos también incluyen la construcción de un edificio para albergar el futuro centro de control y explotación de las instalaciones de los túneles, una zona de depósitos para el almacenamiento, carga y descarga de combustible de aviación, así como la ejecución de un nuevo sistema de aproximación a la cabecera 27 de la pista de vuelo del aeropuerto de Gibraltar.
El proyecto fue adjudicado en 2008 a la empresa OHL por 30,23 millones de libras (35,7 millones de euros) por el anterior gobierno del GSD, pero las obras fueron paralizadas en 2011. Desde su inicio, los problemas y retrasos han sido constantes y han incluido incluso una batalla en los juzgados.
Una dura batalla legal
OHL inició las obras del proyecto pero el Gobierno rescindió el contrato en agosto de 2011, tras lo cual, la empresa inició acciones legales contra el Ejecutivo de Gibraltar.
En 2014, el Tribunal Superior de Justicia de Inglaterra y Gales falló a favor del Gobierno gibraltareño al estimar que éste había rescindido correctamente el contrato y condenó a OHL al pago de los costes adicionales en los que incurriría el Gobierno para finalizar el proyecto.
OHL también fue condenada en costas, que sufragó en su momento. La empresa recurrió la sentencia, un recurso que fue desestimado por el Tribunal de Apelación de Londres en julio de 2015. Posteriormente, solicitó la admisión a trámite de un recurso al Tribunal Supremo de Inglaterra, que lo rechazó.
Mientras todo esto sucedía en los tribunales, en septiembre de 2014, el Gobierno gibraltareño, liderado ya por Fabian Picardo, anunció la reanudación de los trabajos a cargo de la empresa del Peñón Joinery & Building Services Limited (GJBS) tras rescindir el contrato con OHL. Entonces se aseguró que las obras durarían entre 14 y 24 meses. Nada más lejos de la realidad.
Y es que no todo estaba escrito. Casi dos años después, en junio de 2016, el Gobierno de Gibraltar anunciaba un acuerdo con OHL para reanudar y completar los trabajos tras la lucha judicial que se dirimió en Londres.
Convent Place sostuvo que ello evitaría mayores retrasos y que el acuerdo incluía exigir a la constructora la finalización de las obras antes del 30 de noviembre de 2018 y la garantía de que lo ejecutaría con un coste cercano al presupuesto original de 2008. El contrato de finalización especificaba explícitamente que cualquier retraso más allá de la fecha convenida implicaría inmediatamente el pago por parte de OHL de una compensación económica al Gobierno de Gibraltar.
Además, aunque el contrato original establecía un pago de 30 millones de libras esterlinas a OHL por la construcción del túnel de acceso al aeropuerto, el nuevo lo cifraba en un máximo de 24 millones de libras. La reducción del precio compensaría los costes y gastos que el Gobierno de Gibraltar asumió desde la rescisión del contrato, lo que abarcó algunas de las obras llevadas a cabo directamente por la empresa pública GJBS.
Fabian Picardo defendió entonces que aunque el acuerdo podía sorprender a muchos y que la prioridad del Gobierno era garantizar la finalización de las obras lo antes posible y con la calidad exigida. “Seguir adelante con el proceso judicial solo lograría retrasar la finalización de las obras del túnel y continuar generando gastos. Es hora de dejar atrás las diferencias y seguir adelante”, apuntó en aquel momento.
En una intervención en el Parlamento el pasado mes de febrero, Picardo defendió que la calidad de las obras priman a las prisas por concluirlas.
OHL, que ha declinado hacer declaraciones a ReachExtra sobre el proyecto, también destacó entonces el nuevo clima de cooperación con el Gobierno de Gibraltar y fijó para finales de 2018 la conclusión de los trabajos, una previsión que tampoco se ha cumplido.
Protección contra el fuego
Además, la empresa de Córdoba Refractaris fue la adjudicataria a finales del año pasado de la obra de protección pasiva contra el fuego del túnel. La instalación protectora es una de las más importantes del conjunto del proyecto.
Refractaris es una de las compañías españolas especializadas en protección pasiva contra el fuego (Alta Temperatura) desarrollando proyectos de primera magnitud en España y en varios países como Sudáfrica, China, Chile, Marruecos y Dubai.
En el caso específico de la protección pasiva contra el fuego en los túneles, esta compañía cordobesa ha realizado varias obras en los últimos años, entre otras las del túnel de Churriana en Málaga, con una longitud total de 6,2 kilómetros y la protección y aislamiento en la planta solar de Kaxu Solar One en Sudáfrica.