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Mary Celeste, el buque maldito que recaló en Gibraltar (I)

Soraya Fernández

El enigma del Mary Celeste, el buque maldito que recaló en Gibraltar (I)

Es uno de los mayores enigmas de la historia marítima. Este bergantín estadounidense fue encontrado a la deriva frente a las Azores en 1872 y sin tripulación.

El Mary Celeste zarpó de Nueva York el 7 de noviembre de 1872 rumbo a Génova. Iba cargado con 1.701 barriles de alcohol industrial pero nunca llegó a su destino. Fue encontrado sin tripulación por un bergantín canadiense.

Las velas estaban a medio desplegar y faltaba el bote salvavidas. En el interior del buque, ni rastro de la tripulación. La última entrada en el cuaderno de bitácora estaba fechada diez días antes de su hallazgo e indicaba que se encontraba a 400 millas de donde apareció. Una distancia considerable para navegar a la deriva.

Mary Celeste, the cursed ship brought to Gibraltar (I)

Cuando fue encontrado tenía bastantes provisiones. La carga estaba intacta y los objetos personales del capitán y la tripulación, también. La caja fuerte tampoco había sido forzada. Todo parecía estar en su sitio. Como si nada hubiera ocurrido. Sin embargo, nunca más se supo de quienes iban en el buque ni qué les pudo suceder.

El buque fue construido en Nueva Escocia y botado con registro británico en 1861 con el nombre de Amazon. Las desgracias se sucedieron desde que comenzó a navegar. En su primer viaje, en 1861, el que era entonces su capitán enfermó.

John Nutting Parker asumió el mando y reanudó la travesía, que también fue accidentada. El Amazon colisionó con un equipo de pesca en Maine y tras salir de Londres, con un velero en el Canal de la Mancha.

Parker fue sucedido dos años más tarde por William Thompson y tras numerosas travesías sin sobresaltos, en 1867 fue arrastrado a tierra por una tormenta hasta la isla de Cabo Bretón.

Alexander McBean, de Nueva Escocia, lo adquirió y vendió los restos del naufragio. Richard W. Haines, un marinero de Nueva York, pagó 1.750 dólares y se gastó 8.825 en su restauración. Lo rebautizó como Mary Celeste. Tras ser confiscado y vendido a un consorcio neoyorkino, el navío fue remodelado en 1872.

Once tripulantes

Benjamin Spooner Briggs, un hombre de marcadas creencias religiosas, asumió la capitanía del buque. Con él embarcaron su esposa, Sarah Elizabeth Cobb, y uno de los dos hijos del matrimonio, Sophia, de sólo dos años. El hijo mayor, Arthur, de siete años, se quedó en casa con su abuela.

Benjamin Spooner Briggs

El primer oficial fue Albert G. Richardson y el segundo, Andrew Gilling, de poco más de 20 años. El sobrecargo, Edward William Head, estaba recién casado. Los cuatro marineros eran alemanes: los hermanos Volkert y Boz Lorenzen, Arian Martens y Gottliebo Goudschaal.

Fue el Dei Gratia, un bergantín canadiense que partió con destino a Gibraltar ocho días después del Mary Celeste, el que lo encontró entre las Azores y la costa de Portugal. El buque navegaba con movimientos erráticos. Dos oficiales subieron a bordo y no encontraron a nadie en su interior.

¿Qué ocurrió?

Lo sucedido en el Mary Celeste sigue siendo a día de hoy una incógnita. En el buque no había rastros de violencia. Parecía que sus tripulantes lo hubieran abandonado sin sobresaltos. Todo parecía estar en orden. Sólo faltaban algunos documentos y útiles de navegación del capitán. Lo más extraño que se encontró fueron unos surcos en los costados a un metro por encima de la línea de flotación y de dos metros del largo.

El capitán del Dei Gratia, David Morehouse, decidió llevar el Mary Celeste hasta Gibraltar. Según el derecho marítimo, quien rescataba una embarcación podía aspirar a una parte del valor de la nave rescatada y su carga.

El Dei Gratia llegó a Gibraltar el 12 de diciembre de 1872. Un día más tarde lo hizo el Mary Celeste con parte de la tripulación del buque que lo halló.

El Mary Celeste fue intervenido por el Tribunal del Vicealmirantazgo para las audiencias del rescate, que se celebraron en Gibraltar. En dichas audiencias se barajaron varias posibilidades sobre lo ocurrido: un motín de la tripulación, un abordaje pirata e incluso un fraude para cobrar el seguro.

Lo primero que se pensó en Gibraltar fue en una tempestad pero todo estaba intacto. Había algo de agua en su interior, pero nada alarmante. En la cabina del capitán se encontraron varias pertenencias esparcidas, incluyendo una espada en su funda que estaba debajo de la cama, pero la mayoría de los papeles de la embarcación estaban perdidos junto con los instrumentos de navegación del capitán. No había signos de fuego o violencia, como tampoco de un huracán o algún otro fenómeno atmosférico. El ataque pirata fue también descartado.

Sobre el capitán del Dei Gratia pesó la sombra de la sospecha. Se dijo que era amigo del capitán del Mary Celeste y que confabularon para la indemnización. También se pensó que mató a la tripulación para cobrarla. Ambas hipótesis fueron descartadas. Ninguna teoría fue argumentada con evidencias pero las sospechas sobre un posible fraude hicieron que la recompensa fuera muy baja, sólo 1.700 libras.

Cuando las audiencias de Gibraltar concluyeron se abrió la veda para todo tipo de teorías: efectos de los vapores del alcohol en la tripulación, un maremoto, un animal marino gigante e incluso historias paranormales.

El Mary Celeste volvió a navegar con nuevos propietarios. Su capitán lo destrozó de manera deliberada cerca de Haití en 1885 para defraudar a la aseguradora. Es sin duda un barco maldito. Cambió de manos 17 veces, encayó y se incendió en varias ocasiones.

Una fuente de inspiración inagotable

El Mary Celeste se convirtió en leyenda y en un barco maldito para siempre que ha inspirado multitud de artículos periodísticos, libros e incluso una película. Arthur Conan Doyle escribió el relato “J. Habakuk Jephson’s Statement” en 1884 y agrandó la leyenda.Lo ocurrido también inspiró la película “El Misterio del Mary Celeste”, de 1935, conocida como “Phantom Ship” en Estados Unidos y protagonizada por Bela Lugosi.

Arthur Conan Doyle

En Gibraltar se emitieron sellos postales en dos ocasiones para conmemorar el incidente sellos postales.En el Campo de Gibraltar, esta historia inspiró al periodista y escritor de Los Barrios José Antonio Ortega, que publicó “El reino de las sirenas” en 2011.

Mary Celeste Postage Stamps Gibraltar
@Gibraltar Stamps

Queríamos ahondar aún más sobre el misterio del Mary Celeste y por ello hemos hablado con el historiador gibraltareño Richard Garcia y el autor José Antonio Ortega (Parte 2)…


El enigma del Mary Celeste, el buque maldito que recaló en Gibraltar (I)

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