Olterra fue el buque italiano desde el que se fraguó uno de los episodios más sorprendentes de la Segunda Guerra Mundial en la zona. Parecía abandonado, aunque era el centro de operaciones desde el que se perpetraron ataques contra la Royal Navy en Gibraltar mediante torpedos tripulados por buzos. El investigador y escritor Alfonso Escuadra nos ayuda a profundizar más en este capítulo de nuestra historia…
La historia está llena de episodios emocionantes y en muchas ocasiones, poco conocidos. El juego de roll creado por el algecireño David Gutiérrez ha permitido a muchos descubrir una sorprendente operación que se desarrolló en la Bahía durante la Segunda Guerra Mundial. Se trata, como ya les ha contado ReachExtra, de la Operación Olterra.
El espionaje sigue levantando pasiones y ganando adeptos y esta operación es, sin duda, un capítulo de nuestra historia en la que merece la pena detenerse y profundizar.
Esta operación fue ejecutada en la Bahía de Gibraltar en 1942 por el grupo “Osa Mayor” de la Décima Flotilla de Medios de Asalto Submarino (MAS) de Italia con Gibraltar como objetivo. Fue una especie de caballo de Troya en el Estrecho.
La operación es digna de un guión de cine. Así lo entendieron en Reino Unido y lo plasmaron en una película de espías de 1965 que dirigió Terence Young y que protagonizó el mismísimo Sean Connery, quien interpretó al legendario e intrépido agente 007 del Servicio Secreto británico. Ya saben: Bond, James Bond. Se trata de ‘Operación Trueno’.
Y es que esta operación tiene todos los ingredientes para el género cinematográfico del suspense: un buque fondeado en la Bahía de Gibraltar aparentemente abandonado que se convirtió en un centro de operaciones.
Los ataques fueron perpetrados con los maiali, unos torpedos tripulados por dos operadores para hundir barcos británicos apostados junto a Gibraltar para controlar el Estrecho. Estos buzos, una vez se aproximaban al objetivo, minaban los navíos empleando una carga que explosiva que llevaban en la proa del torpedo y volvían al Olterra empleando la sección motriz del mismo.
Para profundizar más en aquella operación, ReachExtra ha contado de nuevo con la colaboración de Alfonso Escuadra, escritor e investigador especializado en la Segunda Guerra Mundial en nuestra zona, cuyos conocimientos sobre aquel episodio resultan reveladores.
Olterra era el nombre del buque que se convirtió en el centro de operaciones. Según detalla Escuadra, era un buque cisterna italiano de unas 5.000 toneladas, superviviente de aquellos a los que la declaración de guerra de Italia había sorprendido en aguas de la Bahía de Gibraltar.
“En principio y al igual que el resto de aquellos mercantes italianos, había intentado barrenarse o embarrancar en las costas cercanas para evitar caer en manos británicas. Desde el verano de 1940 había permanecido encallado en la playa de Campamento-Puente Mayorga.
Desde allí había sido luego reflotado y conducido hasta el muelle de Algeciras y, a fin de garantizar los derechos de propiedad de la naviera -la Andrea Zanchi de Génova-, durante casi un año y medio, la tripulación había permanecido a bordo”.
A comienzos de 1942, la Armada Italiana –prosigue el investigador- había reparado en las posibilidades que el navío presentaba para el empleo de sus medios de asalto naval contra Gibraltar.
“Durante el verano siguiente, un grupo de ingenieros y oficiales de la Regia Marina convirtieron el buque cisterna en una verdadera base para el empleo de torpedos tripulados contra la base de la Royal Navy en el Peñón”.
Escuadra explica que, hasta entonces, las acciones con torpedos tripulados contra este objetivo se habían realizado sirviéndose de un submarino que era el encargado de llevarlos con sus operadores hasta la Bahía.
“Ahora se trataba de disponer de una base secreta permanente en las cercanías del objetivo. Para ello el Olterra fue dotado de talleres de mantenimiento, depósitos de armas y una piscina interior desde la cual los torpedos salían para ejecutar sus misiones a través de una apertura practicada en su costado de babor, por debajo de la línea de flotación”.
El material para las reparaciones y los trabajos de acondicionamiento, así como los torpedos eran enviados por piezas desde Italia hasta Algeciras por vía terrestre empleando la valija diplomática. Una vez montados en el interior del navío, los torpedos salían a mar abierto y tras efectuar el ataque, las costosas secciones motrices ya no tenían que ser abandonadas en la Bahía como había ocurrido en las misiones anteriores, sino que regresaban al Olterra, pudiendo ser reutilizadas en acciones posteriores.
Ello, según indica Escuadra, unido a la rapidez con que si se daba la ocasión propicia se podía organizar el operativo, determinaron que a partir de ese momento el Olterra fuese la base secreta que la X Flotigglia MAS emplearía en sus acciones con torpedos tripulados contra Gibraltar.
Tres fallecidos y un campeón mundial de inmersión libre
La misión que pondría a prueba la efectividad del nuevo operativo fue organizada a comienzos de diciembre de 1942 con los grandes navíos de la Royal Navy como objetivo y se saldó con un trágico resultado: tres de los seis operadores italianos murieron, entre ellos el teniente de Navío Licio Visintini, uno de los organizadores y primer jefe de la unidad; quien, junto a su segundo, fue víctima de una de las cargas de profundidad que, como medida de seguridad, los ingleses lanzaban regularmente en los accesos del puerto interior, según detalla Escuadra.
“Unos meses después se hizo cargo de la llamada Flotiglia Orsa Maggiore, como se denominaba al grupo de combate del Olterra, un antiguo campeón mundial de buceo a pulmón, el teniente de Navío Ernesto Nottari. Durante su etapa al mando, en lugar de los navíos de guerra, los objetivos de las acciones se seleccionaron entre los mercantes fondeados en la Bahía, en cuyas bodegas se transportaban los suministros que sostenían los despliegues aliados en el Teatro de Operaciones del Mediterráneo”.
Este investigador añade que, ni la vigilancia permanente de la superficie del mar, ni las redes de protección antisubmarina, ni las cortinas de alambre de espino dispuestas como medida de seguridad alrededor de los navíos, pudieron evitar que las dos operaciones organizadas bajo el mando de Nottari, el 7 de mayo y el 4 de agosto de 1943, se cerrasen con un éxito del cien por cien.
“Ello permitió añadir seis nombres más a la lista de navíos hundidos o seriamente averiados por la X MAS en las aguas de la Bahía, sumando unas 40.000 toneladas al registro del tonelaje afectado”.
Aunque había ciertas sospechas al respecto, Gran Bretaña tuvo que esperar al armisticio italiano para obtener de los españoles permiso para trasladar al Olterra hasta el puerto del Peñón, acceder a su interior y confirmar su empleo como base secreta de torpedos tripulados.
Finalmente, Escuadra asegura que el Olterra fue devuelto a Italia y en 1964 se procedió a su desguace. Hoy día la bitácora, la rueda del timón o la campana del navío se encuentran expuestas en el Museo Navale de La Spezia.