El municipio campogibraltareño ha sido oficialmente declarado como tal este mes de octubre, en un acto que contó con las obligadas medidas anti-Covid.
Aunque para muchos ya lo era, y sin necesidad de “título” ninguno, Castellar de la Frontera ha sido oficialmente proclamado este mes de octubre “uno de los pueblos más bonitos de España”. El acto oficial se celebró el sábado 3 de octubre en el Castillo, con asistencia de representantes de todas las asociaciones del municipio y de numerosas autoridades, y con todas las medidas higiénico-sanitarias a las que obliga la pandemia de la Covid-19. También contó la celebración con la actuación del guitarrista José Carlos Gómez.
La asociación ‘Los pueblos más bonitos de España’, pretende poner en conocimiento de todo el mundo los maravillosos pueblos (preferentemente rurales) que salpican la geografía española, promocionándolos bajo una misma marca de calidad, a través de campañas y eventos culturales tanto dentro como fuera del país. Con la reciente incorporación de Castellar, la red engloba ya a 94 localidades únicas, villas marcadas por la tradición capaces de asombrar a cualquier viajero, y “lugares de gran belleza y personalidad que destilan historia y cultura a la par”.
Tal y como destacaba en estos días el alcalde del municipio, Adrián Vaca, para Castellar es un “premio” poder lucir la marca ‘Los pueblos más bonitos de España’, “un referente de prestigio y calidad a nivel nacional e internacional”, que, según sus propias palabras, “marca una nueva época”.
La iniciativa está basada en el modelo francés ‘Les Plus Beaux Villages de France’, y la red española, que se creó en 2011, preside actualmente la federación de ‘Los pueblos más bonitos del mundo’, de la que forma parte, y con redes en Francia, Italia, Bélgica y Japón. En la provincia de Cádiz, sólo otros 4 pueblos cuentan ya con este distintivo, que implica haber superado más de 40 criterios de calidad: Vejer de la Frontera, Grazalema, Zahara de la Sierra y Setenil de las Bodegas.
Un pueblo con mucha historia
Enclavado en pleno Parque Natural de los Alcornocales, en la comarca de El Campo de Gibraltar, el municipio cuenta con tres núcleos de población: Castellar Viejo (conocido coloquialmente como El Castillo), Castellar Nuevo y La Almoraima.
El pueblo viejo, que apenas cuenta hoy con un centenar de habitantes (dentro y fuera de las murallas) fue declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en 1963, y destaca en él su impresionante fortaleza defensiva, de origen medieval. Su alcázar acoge hoy un espléndido hotel rural, así como todo tipo de eventos culturales. Algunas de las viejas casas en torno al castillo han sido también rehabilitadas y actualmente son restaurantes y alojamientos rurales. También pueden visitarse en Castellar Viejo el Palacio de los Condes de Castellar y la iglesia del Divino Salvador, emplazada sobre las ruinas de una antigua mezquita.
El Castillo y sus alrededores fueron escenario de numerosos acontecimientos históricos. Edificado en los siglos XIII y XIV y ubicado en plena frontera granadina, en el siglo XV jugó un importante papel en las Guerras de Granada, convirtiéndose en uno de los eslabones de la cadena de fortalezas del Reino nazarí, enlazando por el sur con la torre de Palmones y la Bahía de Algeciras y, por el norte, con la fortaleza de Jimena de la Frontera. Además, durante el periodo andalusí también existió en La Almoraima un pequeño asentamiento humano, donde vivía la guarnición de la torre almenara allí situada.
Cuentan las crónicas de la época que, en 1434, Juan de Saavedra, alcaide de Jimena, tomó el castillo para la corona de Castilla, obteniendo del rey Juan II la alcaldía de la villa, más tarde convertida en señorío. Recuperada de nuevo para el reino de Granada, volvió a ser conquistada, una segunda vez, por Juan de Saavedra, cuyo señorío sería heredado durante muchas generaciones por los Arias de Saavedra, a los que el emperador Carlos I concedió, en 1539, el título de condes de Castellar. A partir de entonces, la economía local se basó en la agricultura, la ganadería y otras actividades relacionadas con el monte, como la caza y el corcho.
Otros hitos importantes en la historia del pueblo fueron la construcción, en el siglo XVI, del Molino del Conde de Castellar, sobre el río Guadarranque, y a principios del XVII, en 1603, la edificación del Convento de San Miguel de La Almoraima, habitado por frailes descalzos de La Merced. En 1654, la villa pasó al ducado de Santistevan y, más tarde, a la Casa de Medinaceli. A principios del siglo XIX, los marqueses de Moscoso se hicieron mediante un pleito con la posesión de la Villa, pero en 1852 ésta volvió al Ducado de Medinaceli, junto con el término de la Almoraima, y hasta hace relativamente poco tiempo.
A mediados del siglo XX, en 1945, se creó la Empresa Corchera Almoraima, que se convirtió en el motor de la economía local y alrededor de la cual se construyeron numerosas chabolas, en las que vivían los trabajadores, y posteriormente algunas viviendas. Un par de décadas después, La Almoraima tenía ya unos 1.500 habitantes.
Castellar Nuevo, donde residen hoy la mayoría de los castellarenses, se terminó de construir en 1971. Situado a 9 kilometros de Castellar Viejo y a tan sólo 1 kilómetro de La Almoraima, en 700 hectáreas de terreno expropiadas a la Casa de Medinaceli, fue el último pueblo planificado por el Instituto Nacional de Colonización en Cádiz, a raíz de la construción del embalse de Guadarranque, cuyas obras comenzaron en 1960, y cuya magnitud puede contemplarse hoy desde lo alto del Castillo.
El Castillo de Castellar, portada de la edición de 2020 de la Guía Oficial
Coincidiendo con su inclusión en este prestigioso “club”, Castellar de la Frontera protagoniza la portada de la Guía Oficial de Los Pueblos más Bonitos de España en su edición de 2020. Una espectacular vista aérea del Castillo sirve para ilustrar la portada de la versión en papel (en inglés) de esta publicación de la asociación del mismo nombre, que ya se encuentra también disponible en internet.