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Elogio de la poesía | Juan Emilio Ríos Vera

Juan Emilio Ríos Vera

Elogio de la poesía | Juan Emilio Ríos Vera

No debemos olvidarlo, la poesía es un escondrijo no un chalet adosado y son pocos los que acuden a su llamada furtiva cada día.

Es la poesía un arte difícil que requiere de un aprendizaje previo que te permita saborear sus mieles de forma plena y gozosa pero la poesía es el reducto más íntimo de la belleza, el último unicornio y el mejor bálsamo posible para estos tiempos dominados por el estrés y la estridencia.

Acudir a una cita con la poesía o con la literatura en general es tan saludable como salir a la sierra a respirar aire puro, tan ventajoso como apagar el televisor y abrir un libro o como pasar toda la noche soñando maravillas. La poesía no es una secta sino una reunión placentera al calor de unos versos y unas metáforas para enriquecer el espíritu y sanear la mente.

La poesía no es un círculo cerrado, siempre tiene las puertas abiertas de par en par para aquellos que quieran cruzar su zaguán y acceder a su abrazo beatífico.

In Defense of Poetey Juan Emilio RIos Vera

No es la poesía una aburrida cantinela sino la expresión de los acontecimientos que acaecen en nuestros nervios de la forma más profunda y original posible.

No acorralemos a la poesía en una reserva para especies protegidas por peligro de extinción. El ser humano necesita a la poesía para sentirse vivo y despierto, para no hacerse de hierro los sentidos ni de acero las calaveras.

Es la poesía sorpresa y conmoción que te agita las médulas extasiadas de tus entrañas y te hace reaccionar ante el incisivo estímulo. La poesía no debiera dejar indiferente a nadie. El que no reacciona es que tiene oxidado el corazón.

Es la poesía una puerta a la ilusión y una ventana a un mundo menos prosaico, menos inhumano, más habitable. Es una senda a la belleza y como dice Ramón Trecet hay que buscar la belleza porque es la única protesta que merece la pena en este asqueroso mundo. Hagamos el amor y la poesía nunca la guerra o la entropía.

Hagamos poemas de cada derrota, de cada rendición. Sólo así volveremos a levantar la cabeza y arrimar el hombro a la vida. Hagamos de cada día un nuevo poema lleno de ilusión y de renovadas esperanzas. Hay poemas preñados de alegría y otros tristísimos, los hay eufóricos y decadentes, los hay pletóricos y los hay derrotistas, pero si somos capaces de componer el poema de cada día es que estamos dispuestos a recibir un nuevo amanecer en nuestras pupilas anhelantes.

La octava maravilla del mundo es vivir en poesía y yo tengo el privilegio de su gracia. !Acudid a su encuentro!

Elogio de la poesía | Juan Emilio Ríos Vera

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