Mucho se ha debatido en los últimos años acerca de la existencia o no de una literatura femenina en España y ese debate, como es natural, también se ha suscitado en nuestra comarca donde en el momento actual la nómina de poetisas es elevada y de una calidad muy digna de resaltar.
La respuesta ha sido mayoritariamente negativa por parte de la crítica especializada que ha negado que las mujeres hagan una literatura radicalmente distinta a la de los hombres y que sólo son apreciables algunas características especiales en la literatura realizada por mujeres.
En la poesía las conclusiones han sido prácticamente las mismas. Pues bien, yo soy de la opinión que, al menos en el Campo de Gibraltar, se percibe un muy diferente tono, una muy distinta sensibilidad y una temática diversa en la poesía escrita por mujeres que la cultivada por los hombres.

Las poetas campogibraltareñas, es sólo mi opinión personal, han desarrollado una poesía mucho más cromática y colorista donde el paisaje exterior es exuberante y maravillosamente descrito:
En la década de los noventa destacaron sobremanera los poemas venezolanos de la magnífica Paqui Galán, los ambientes gallegos de Chus Feteira tan llenos de misterio y encanto, los contrastes continuos entre norte y sur en la poesía de Julia Guerra, la preciosista poesía de Paloma Fernández Gomá preñada de olores, colores, sensaciones y matices nos embarga los sentidos en poemarios como Sonata floral o El ocaso del girasol, los poemas cuasi visuales de una deslumbrante Inmaculada Jiménez que son fotografías certeras de una realidad que nos circunda y nos limita.

No encontramos ese alarde fastuoso de sensaciones y de catarsis de los sentidos en la poesía de ningún poeta campogibraltareño, que, contrariamente, van en la dirección contraria, en la dirección de los intestinos, en la dirección del cerebro, en la descripción de los paisajes interiores del alma y de un cuerpo que se descompone.
Una vez apuntada esta apreciación personal quiero hacer un rápido recorrido por la rica pléyade de poetisas que hemos disfrutado en nuestra comarca.

Lola Peche abrió el camino y la mujer que tantas veces puso voz a sus poemas tras su fallecimiento, María Dolores García Gamba nos regaló también un emocionante poemario donde recoge lo más granado de su producción.
María Vasallo es la otra gran poetisa veterana de la comarca que, sin embargo, prefiere mostrar su obra en recitales y que aún no ha publicado libro alguno que yo sepa. Tras ellas encontramos un trío de poetisas que curiosamente comparten la característica de ser algecireñas de adopción:
La madrileña Paloma Fernández Gomá., la pamplonica Julia Guerra y la gallega de Santiago Chus Feteira que han protagonizado tres ejemplos impresionantes de simbiosis entre los paisajes y temas de sus lugares de procedencia con los paisajes y matices campogibraltareños Junto a ellas emerge la figura de Paqui Galán que con su primer libro Cuando el silencio con el que logró el premio Ateneo de Algeciras nos sorprendió a todos por su contundencia y su excelente sensibilidad. Mención aparte merecen tres poetisas que se caracterizan por su intermitencia y sus prolongados silencios: Inmaculada Visura, Marilén Cosano y María Ángeles Ramírez, poetas que necesitan verse obligadas por estados especiales de ánimo para reencontrarse con la poesía.
Nieves Buscató, Concha Quintero, Pepa Hoyos, Conchi Rodriguez, Ana María Rodríguez, todas ellas integrantes del grupo Academus, son un ejemplo magnífico de poetisas tardías que sin embargo, han irrumpido con arrolladora fuerza e inagotable energía.
Así mismo hay que destacar las figuras importantísimas de las linenses María Teresa Soler e Inmaculada Jiménez Montero y la privilegiada voz de Isabel Bermejo que rematan una pléyade deslumbrante de autoras campogibraltareñas.

Como voces más jóvenes destacaron las figuras de Rosario Pérez y la tarifeña Ana Núñez, todas ellas excelentes periodistas, que se han sumado en los últimos años al panorama literario con rotundidad.
No debemos olvidar los nombres de Soledad Iranzo y de Rosa Romojaro, excelentes poetisas algecireñas que residen fuera de nuestras fronteras y que son referentes importantísimos dentro de la Literatura nacional. Creo que ha quedado patente la magnífica salud de la que disfrutó la poesía femenina en la década de los noventa en nuestra comarca.
La poesía femenina en el Campo de Gibraltar en los 90