Rock andaluz: una historia del sur – Juan Emilio Rios Vera
Al inmortal rock le han salido muchos apellidos a lo largo de estas últimas décadas de la Historia de la música: rock sinfónico, rock alternativo, rock suave, rock duro, rock progresivo, folk rock, pop rock y una larga nómina de variantes y fusiones con otros estilos, pero ninguno tan nuestro, tan de raíz, tan de nuestra cultura y nuestras sentimentalidades como el rock andaluz.
Según las enciclopedias este movimiento musical y cultural se desarrolló sobre todo en Andalucía y viene a nacer en los últimos años de la década de los 60 y llegaría vivo y con buena salud hasta la mitad de los 80. Aunque hubo precursores y visionarios como Los Cheyenes y Los Brincos que ya profetizaban lo que vendría poco después, se considera que los pioneros y fundadores de este estilo fueron Nuevos Tiempos, la primera formación de Jesús de la Rosa, Smash, Gong, en la que militaron Silvio Fernández y Luis Cobo “Manglis” y Triana, que se convirtió en la banda que movió a masas en torno a este movimiento.

Pronto se sumaron a estos toda una legión de bandas maravillosas como Veneno, Mezquita, Medina Azahara, Cai, Carmen, Imán Califato Independiente, Alameda, Gualdalquivir, Granada, Vega, Taranto´s y Azahar, junto con otros grupos como Estoques o Los Puntos que no eran bandas de rock andaluz propiamente dichas pero que en algunos singles coquetearon con él y abrieron lazos de unión temáticos y musicales con él. ¿Quién no recuerda “Llorando por Granada?.
Si preguntamos a los expertos cuál es la definición de este estilo tan particularísimo nos dicen que consiste en la incorporación a las estructuras del rock y del pop de conceptos, ritmos y elementos melódicos y armónicos, procedentes del folclore andaluz y del flamenco. También tiene mucho que ver en su nacimiento el sentimiento andalucista que se respiraba por entonces, sobre todo en la década de los 70, tras la muerte del dictador. Hay además un marcado acento de influencia árabe y de aromas que proceden del glorioso Al-Ándalus, sobre todo, en lo que se refiere a la poesía andalusí, las estrofas utilizadas, las temáticas y las claras alusiones a la majestuosidad que por entonces se vivió en nuestras tierras.

Los rockeros andaluces echaron mano de los tangos, las bulerías, las rumbas, ritmos africanos, sobre todo árabes y la influencia de bandas de rock sinfónico como Pink Floyd o Led Zeppelin en lo que se refiere a las estructuras de los temas, que solían ser largos y con gran presencia de la música instrumental.
Las letras solían ser enigmáticas, poéticas, evocadoras, melancólicas y reivindicativas, buscando un sentimiento de nación andaluza, alardeando de nuestras raíces y de nuestra cultura milenaria y mestiza.
Los cantantes de estas bandas cantan en andaluz, conservando las modulaciones del flamenco y a veces haciendo uso también de los quejíos largos o los lamentos cortos, pero sobre estructuras y fraseos cuyo origen está en las colosales bandas de rock británicas sobre todo, sobre las que se aplican de forma maravillosa la guitarra flamenca, las palmas, las castañuelas, conviviendo con las guitarras eléctricas, los bajos, los sintetizadores y las percusiones.

Del rock sinfónico luego se derivaron otras tendencias como el “flamenco pop”, el “flamenco chill”, el “gipsy rock” o el flamenco de vanguardia con Enrique Morente a la cabeza.
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Rock andaluz: una historia del sur – Juan Emilio Rios Vera