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Agustín Huart, uno de los impulsores de la democracia gibraltareña

Damian Conroy

Agustín Huart nació en una familia humilde en 1893. Inteligente e inquisitivo, dedicó su vida a la clase obrera.

Rechazó el totalitarismo y le fascinaba el papel del sindicalismo en la sociedad moderna secular.

Las condiciones laborales y las flagrantes injusticias de su época lo llevaron a involucrarse en asuntos sociopolíticos como concejal, y en obras humanitarias a raíz de la Guerra Civil Española (así como en la evacuación de civiles en la Segunda Guerra Mundial).

El joven Agustín Huart se enfrentó con las desigualdades laborales como aprendiz de carpintero en el recién construido astillero.

A principios del siglo XX, el gobernador era omnipotente en un Gibraltar que, a pesar de su vibrante sociedad local, todavía se consideraba como una guarnición. Este periodo estuvo marcado por disturbios laborales, mientras que las crecientes tensiones ideológicas en España calaban en Gibraltar.

La situación se agravaba por las pésimas condiciones laborales. Por ejemplo, no se permitía que los trabajadores gibraltareños o españoles utilizasen los inodoros y otras instalaciones reservadas a los trabajadores expatriados ingleses, y los cargadores de carbón, cruciales para la economía gibraltareña, ganaban menos de la mitad que los del Reino Unido.

El desempleo, la pobreza y el hacinamiento plagaban la comunidad en general. Por el contrario, había un pequeño e influyente (y pudiente) grupo de gibraltareños que habían ganado su dinero con el comercio y el avituallamiento de buques.

Esta clase empresarial solía educar a sus hijos en colegios públicos ingleses y se movía en los círculos sociales y actividades (como la caza) de las autoridades coloniales. Podían ejercer presión sobre el Gobierno, y eran los principales empleadores.

Ejercían en los pocos organismos influyentes, como el Gran Jurado, la Comisión Sanitaria y la Cámara de Comercio.

No existía un órgano de representación de obreros. Inmerso en esta difícil situación, Agustín fue uno de los promotores en 1919 del primer Sindicato de Trabajadores Británicos, del cual fue oficial del Distrito.

Esto cambió la manera de llevar a cabo los asuntos en el Peñón. El sindicato estuvo directamente involucrado en todos los temas relacionados con los derechos civiles bajo la tutela de Agustín Huart (que dirigió el Sindicato de Trabajadores durante 43 años; un periodo sin precedentes). Es difícil resumir las luchas y los logros de esta figura durante esta época decisiva.

Se podría decir que Agustín Huart fue un progenitor del pueblo gibraltareño. En 1919, encabezó una delegación para pedir al secretario del Estado en Londres un Consejo Municipal representativo.

Esto no fue recibido con un apoyo unánime a nivel local, pues a los influyentes no les urgía ceder el poder.

Aun así, como resultado de presiones y negociaciones, el Ministerio Colonial accedió a las demandas y en 1921 se estableció un Consejo Municipal momento en el que el pueblo de Gibraltar acudió a las urnas por primera vez.

Desde el principio, Agustín Huart hizo presión para que se reformara el Consejo (cuya mayoría eran miembros nominados y no elegidos). Hubieron campañas exigiendo un equilibrio más justo entre miembros electos y no electos.

En 1934 se celebraban, celebraba reuniones públicas y mítines exigiendo una mayor democracia. Estas iniciativas contaban con bastante apoyo, y Agustín Huart presentó otra petición a Londres. Su llamamiento a un mayor autogobierno era un tema espinoso para las autoridades militares.

Huart desempeñaría el cargo de concejal (y presidente) durante muchos años desde los inicios del Consejo en 1921 y siguió siendo un miembro electo en su cese en 1939 con la declaración de la guerra.

Desempeñó un papel humanitario en el cuidado y la protección de los refugiados españoles en Gibraltar durante la Guerra Civil.

Más de 5.000 españoles se habían refugiado en Gibraltar al comienzo de la rebelión. Preocupado por esta afluencia masiva, el Gobierno colonial trató de desmantelar el campamento temporal establecido en North Front, donde ahora está el aeropuerto.

Agustín Huart y sus compañeros del Sindicato de Trabajadores, organizaron comedores públicos y acogieron a muchas familias en sus propios hogares.

Lideró el proceso de repatriación de muchos refugiados y sus familias y organizó la migración segura a América del Sur de aquellos individuos cuyas vidas estaban en peligro bajo la dictadura.

Damian Conroy es Abogado de la Corona y descendiente de Agustín Huart. Es el autor de ‘Agustín E Huart y la Guerra Civil Española’.

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