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Más de 10.000 académicos llaman al Coronavirus una «Amenaza existencial para la Unión Europea»

Más de 10.000 académicos llaman al Coronavirus una «Amenaza existencial para la Unión Europea»

La denominada «Carta a nuestros amigos europeos», ya ha sido firmada por más de 10.000 académicos de universidades de todo Europa y el numero va en ascenso, ha sido publicada en «Voces de Europa». Los académicos exigen respuestas sobre cómo la UE se plantea abordar el coronavirus de una forma unida, y piden una respuesta colectiva en lugar de una respuesta de «cada país por sí mismo».

La carta comienza con la siguiente declaración desgarradora… «El brote sanitario del Coronavirus es una amenaza existencial para el tejido de la Unión Europea».

Esto se produce después de que el Embajador de Italia ante la UE, Maurizo Massari, criticara a la UE por ser demasiado lenta en responder a los llamamientos de ayuda de Italia a mediados de marzo.

«Hoy, esto le toca a Italia; mañana, la necesidad podría estar en otro lugar. Italia ya ha pedido activar el mecanismo de protección civil de la Unión Europea para el suministro de equipos médicos para la protección de personas. Pero, lamentablemente, ni un solo país de la UE respondió a la petición de la Comisión».

El primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo el 9 de abril que «si no aprovechamos la oportunidad para dar nueva vida al proyecto europeo, el riesgo de fracaso es real».

Y esto es exactamente lo que la carta desea abordar, así como el hecho de que poco se sabe en cuanto a por qué Italia, y luego España, se vieron tan afectadas por el coronavirus, y que muchos más países pueden encontrarse en esta posición sin el respaldo de la UE.

Aluden a una falta fundamental de información sobre las razones de la pandemia.

La carta abierta dice:


Carta a nuestras amigas y amigos europeos

El brote de Coronavirus es una amenaza existencial para las estructuras de la Unión Europea. Lo que comenzó como un problema para la salud está escalando rápidamente hacia un tsunami económico y social que hace temblar los pilares del edificio europeo. ero la rápida difusión de esta pandemia está replicando progresivamente su dolor en cada uno de los países de la Unión Europea y del mundo. El pueblo español ha sido el siguiente en esta trágica lista, que pronto afectará a todos.

Esta tragedia inesperada nos afecta a todos y a todas, individual y colectivamente. ¿Estaremos a la altura de este desafío?

Los Gobiernos de los diferentes países están respondiendo a la crisis apurando al máximo sus recursos y capacidades para reaccionar y preparar la recuperación una vez que el virus haya sido derrotado. Pero la magnitud del tsunami está demostrando que estos recursos y capacidades nacionales no son suficientes, y que amplios sectores de la sociedad sufrirán sus graves consecuencias.

La cuestión ineludible que se nos presenta ahora en Europa es si cada país se salva por su cuenta o si, por el contrario, reconocemos que vamos todos en el mismo barco, y que no somos solo un mercado común, sino también una comunidad social y política. Más aún, una comunidad de valores.

Las diferentes crisis acontecidas en los últimos años han mostrado que las medidas insuficientes, tímidas y poco decididas (tarde, mal y nunca) desencadenan tensiones centrífugas en nuestra Unión. ¿Vamos a repetir los errores del pasado?

Es muy importante determinar cómo se aborda técnica y financieramente este desafío, pero antes de discutir y articular los instrumentos necesarios, hay que tomar una decisión fundamental: ¿reconocemos la responsabilidad europea para contener esta crisis humanitaria y para establecer las condiciones de una recuperación económica y social? ¿O debe cada país pensar por sí mismo y dar la espalda a sus vecinos? La decisión que se tome tendrá consecuencias existenciales para la Unión Europea.

A lo largo de los años, la comunidad académica ha disfrutado de los beneficios de un espacio de investigación abierto, con importantes recursos europeos. Sentimos, por tanto, como responsabilidad alzar nuestra voz en este difícil momento; recordar que Europa no es solo un mercado, sino también una comunidad de personas y que está en juego ni más ni menos que el alma de Europa; que ha llegado, en definitiva, el momento de tomar iniciativas decididas y valientes para construir una Europa más solidaria.


Más de 10.000 académicos llaman al Coronavirus una «Amenaza existencial para la Unión Europea»

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