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El barco de Tesoro chino: El Covid19 expone la dependencia del occidente en China | Opinión | Charles Gomez
Y así fue que la pandemia de Covid 19 sacó a relucir la catastrófica desindustrialización de los países de Occidente.
Una mezcla de avaricia, negligencia, complacencia y pereza permitió que esto sucediera…
Y mientras nos jactamos de nuestra riqueza, la base industrial se degradó hasta tal extremo que no pudo producir textiles más simples para hacer máscaras faciales y batas médicas o incluso equipos de alta tecnología como respiradores.
Hoy el, Occidente debería sentir no solo miedo (que es lo que nuestros gobiernos nos invitan a sentir) sino también una profunda vergüenza por haber exportado todo nuestro conocimiento al Lejano Oriente, asentarnos en vidas de complacencia, dejarndonos a nosotros mismos y a las nuevas generaciones vulnerables.
El día del ajuste de cuentas llegará pronto, pero “Business is Business” y es evidente que los días de la importación masiva del Lejano Oriente han llegado a su fin.
Dos países ya lideran en esta movida,. Alemania que protegió celosamente la base industrial que reconstruyó de la vorágine de la Segunda Guerra Mundial y Japón, que ya está retirando todas sus bases de producción de China.
La lógica no podría ser más simple; Si vamos a sufrir el mayor declive en los niveles de vida desde la Edad Media, ¿quién va a ser tan ingenuo como para pedir productos de las talleres de mano de obra barata del Lejano Oriente?
¡No se equivoquen! La industria vuelve a Europa y a los otros países occidentales. Nuestros pueblos no aceptarán las indignidades del desempleo y la pobreza.
Posiblemente sea cierto que algunos segmentos de nuestras poblaciones hayan perdido la ética del trabajo, pero una generación de cierres de fábricas y su sustitución por una economía virtual basada en «invisibles» debe ser reajustada. La prosperidad ya no se puede crear a base de algoritmos informáticos sino por activos y producción reales. Los «invisibles» han resultado ser como el material fino con el que se hizo el traje nuevo del Emperador en el famoso cuento de hadas para niños.
Ahora es urgentemente necesario que la mayor producción posible se realice localmente.
Paradójicamente, este nuevo arreglo significará que no solo nos despidamos no solo de nuestra dependencia en China, sino que posiblemente acojamos a un nuevo mercado común europeo. De ahora en adelante, la producción debe ser local y de la mejor calidad. La colaboración entre países europeos deberá basarse en la flexibilidad.
Si el grito de batalla de la Organización Mundial de la Salud fue «test, test, test», la supervivencia de las economías occidentales requerirá que «formación, formación y más formación” laboral a nuestras poblaciones para los retos de la nueva economía.
Estos son tiempos dificiles, pero es un error decir que no tienen “precedentes». Hay un precedente relativamente reciente en la pandemia de «gripe española» de 1919 que causó tal destrucción. Sin embargo, para principios de la década de 1920, las economías occidentales no solo estaban funcionando nuevamente, sino que estaban en auge.
La década llegó a ser conocida como «los años locos» a razón de la explosión de riqueza, innovación y producción que siguió. Por supuesto, respetemos los consejos a veces contradictorios de los expertos en salud, pero cuando se trata de la economía y la supervivencia de nuestra civilización, no pongamos demasiada atención a los derrotistas. Esta es una llamada a la acción.
Charles Gomez es abogado en Gibraltar y profesor asociado de derecho internacional de la Universidad de Cádiz.
El barco de Tesoro chino: El Covid19 expone la dependencia del occidente en China | Opinión | Charles Gomez
