El alcalde, Juan Franco, confía en que el nuevo PGOU permita “diversificar” la economía local, excesivamente dependiente en la actualidad del pequeño comercio y la hostelería.
La crisis económica derivada de las medidas adoptadas, tanto en España como en Europa, para frenar la propagación del Covid-19 ya empieza a mostrar su verdadera dimensión en el Campo de Gibraltar: una comarca duramente castigada por otras crisis, y, sin embargo, llena de atractivos y posibilidades, que ve nuevamente interrumpido su desarrollo por causas ajenas a su potencial.

En el caso de La Línea, uno de los municipios con peores cifras de desempleo (36 % de su población activa, en datos de marzo), en una de las provincias, Cádiz, con peores cifras de desempleo de toda España (en torno al 24%), la crisis está afectando especialmente a los que son, junto con Gibraltar, los principales motores de su economía: el comercio y la hostelería.
El equipo de gobierno municipal que lidera Juan Franco (del partido independiente La Línea 100×100) es consciente de ello, y afirma estar dispuesto a hacer cuanto esté en su mano para que el “tsunami” económico que está originando en todo el mundo la contención de la pandemia no se lleve aquí por delante el esfuerzo de estos años ni el futuro de la ciudad.

El alcalde linense comparte que, si algo ha demostrado esta crisis, en ésta y otras ciudades, es la “obligatoriedad” de apostar por lo local, el comercio de proximidad y la cooperación regional, pero también, junto con ello, la necesidad de innovar y diversificar la economía. “Nosotros estamos encantados de tener muchos bares y restaurantes, de que La Línea sea conocida por el tapeo, los montaditos, el ambiente del centro y los pequeños comercios, sin duda… pero no nos podemos quedar ahí”, advierte.

Y la principal herramienta para ello, según el alcalde, vendrá de la mano de la aprobación y ejecución del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). “El nuevo Plan nos permitirá, entre otras cosas, poner suelos en valor para diversificar nuestra economía”, explica Franco, detallando que “se podrán desarrollar suelos industriales y comerciales en una de las entradas principales a la ciudad, en la zona de la carretera del Higuerón, y también construir un centro de negocios, con oficinas y servicios asociados, en las inmediaciones de la frontera con Gibraltar”.
Cooperación con Gibraltar

Con respecto a la ciudad vecina, la intención es seguir apostando por las buenas relaciones, que se han puesto de manifiesto, una vez más, durante esta crisis sanitaria, y reforzar aún más la cooperación existente. “Actualmente, la relación con Gibraltar es magnífica, tenemos una comunicación constante con Fabian Picardo y el Gobierno gibraltareño, y estamos convencidos de que tendremos que seguir sumando esfuerzos en el futuro”.
Además, el alcalde de La Línea ha agradecido públicamente “la sensibilidad que han mostrado desde el inicio de esta crisis con los trabajadores españoles, con unas medidas que los han tenido en cuenta desde el primer momento y que han supuesto un respiro bastante importante para muchísimas familias”. Y el agradecimiento municipal no va dirigido únicamente al n.º 6 de Convent Place, sino también “a los empresarios y colectivos de Gibraltar que han colaborado con donaciones”.
En este sentido, aunque la desescalada puesta en marcha por el Gobierno de España ha traído algo esperanza a los municipios que entraron el 8 de mayo en la Fase 1, permitiendo algo más de actividad económica, y la vista esté puesta, cada vez más, en el futuro, Juan Franco reconoce que en la ciudad se han vivido momentos “muy duros” y que todavía se están atendiendo cuestiones de primera necesidad. “Una vez en esta fase, hemos tenido que reorganizar los servicios públicos municipales para poder seguir prestándolos, porque hubo un momento incluso con riesgo de desplome”, reconoce.
Comida y suministros básicos para los más vulnerable

Franco recuerda que, nada más decretarse el Estado de Alarma, el pasado 14 de marzo, la primera actuación, la más urgente, pasaba por socorrer de forma directa a las familias más vulnerables, incluso con “vales” que podían ser canjeados por alimentos en comercios de la ciudad, en función de los miembros de la unidad familiar.
“En un primer momento, aprobamos una ayuda extraordinaria de 68.000 euros, con la que pudimos atender a 500 familias necesitadas, y la tuvimos que ampliar con un segundo paquete de 62.000 euros”. El alcalde linense explica, además, que los primeros esfuerzos no se dedicaron sólo a que los ciudadanos más vulnerables pudieran comer, sino también a arbitrar ayudas para garantizar suministros básicos como la luz y el agua, además de otorgar moratorias y ayudas para el pago de los alquileres de la empresa pública de Vivienda (Emusvil), que tiene unos 200 arrendatarios, y que incluye tanto las llamadas VPO (viviendas de protección oficial) como las viviendas sociales.
“Ahora estamos esperando a ver cómo se desarrollan las subvenciones del Gobierno central y la Junta de Andalucía, y, a partir de ahí, qué margen tenemos los municipios para ampliar estas ayudas, destinadas a los colectivos que peor lo están pasando”, añade Juan Franco, asegurando que, durante estos meses, el departamento de Asuntos Sociales ha llegado a estar “desbordado”.
“Alivio” en los impuestos y tasas municipales

Una vez superados los momentos más difíciles de esta crisis, el siguiente objetivo del Ayuntamiento de La Línea ha sido el de tratar de facilitar la vuelta a la actividad a las pequeñas y medianas empresas y autónomos de la ciudad, comenzando por flexibilizar el pago de los impuestos y tasas municipales, con aplazamientos y fraccionamientos en unos casos, y reducciones en otros.
“Por ejemplo, bares que han pasado de pagar 76 euros al mes de tasa de basura industrial a pagar 16, y otros, que pagan tasas por ocupación de dominio público por tener marquesinas, a los que no se les cobran los meses en los que no hayan podido realizar su actividad”. También se ha tratado de “aliviar” en lo posible a otros pequeños empresarios y autónomos, entre ellos los que viven de los quioscos, de las tiendas o de los mercadillos ambulantes.
estos días, y a fin de poder afrontar con ciertas garantías el futuro más inmediato, el equipo de gobierno municipal está “estudiando cómo rehacer el Presupuesto de 2020, para dotarlo con mayores medidas de carácter social”. En este sentido, Juan Franco recuerda que el Ayuntamiento linense cuenta con un superávit de 5 millones de euros, que se podría “tocar” si, finalmente, llegan a buen puerto las reclamaciones de la Federación de Municipios y Provincias.
Suspendida la Feria del 150º aniversario

El alcalde linense ya había confirmado días atrás una de las noticias más “temidas”, aunque a estas alturas de la pandemia ya a casi nadie le sorprendiera: la suspensión de la Velada y Fiestas de mediados de julio. Una Feria que coincide cada verano, en La Línea, con el punto álgido de la temporada turística, y que este año, además, iba a ser aún más especial, por coincidir con el 150º aniversario de la ciudad, que antes de 1870 había pertenecido al municipio de San Roque.
Obviamente, no será la Feria, con su acto de coronación, su cabalgata y su bullicioso Domingo Rociero, el único de los eventos programados para este 2020 que no podrá celebrarse a causa del Coronavirus…
pero sí, sin duda, uno de los que más visitantes, de dentro y fuera de la comarca, hubiera atraído a La Línea, y una de las cancelaciones que más dolerá, en espera de tiempos mejores, al bolsillo y al corazón de los linenses.