Ofrecerá al público recreaciones, a escala y con relieves, de las pinturas de las cuevas del Campo de Gibraltar, realizadas por la artista Manuela Puerta.
Para los amantes de la Prehistoria y la Paleontología, pocas experiencias hay comparables a la de contemplar unas pinturas rupestres en la misma roca donde, hace miles de años, fueron realizadas por las manos de seres humanos muy diferentes y, a la vez, muy parecidos a nosotros, los homo sapiens del siglo XXI.
Y sin embargo, el hecho de que este “turismo prehistórico” se haya puesto de moda de un tiempo a esta parte supone un trasiego de visitantes que, en cierto modo, pone en peligro la conservación de este legado artístico, tan frágil y necesitado de protección.
El proyecto “Puesta en valor del Arte Rupestre del Campo de Gibraltar”, que ha sido presentado recientemente, pretende, precisamente, contribuir a la conservación del importante patrimonio prehistórico con que cuenta la comarca y, a la vez, fomentar su conocimiento y difusión, gracias a la iniciativa de la ilustradora y artista plástica Manuela Puerta y la implicación de la delegación de Cultura del Ayuntamiento de Algeciras, presidida por Pilar Pintor.
Fruto de esta estrecha colaboración, las instalaciones del Museo Municipal de Algeciras acogerán en un futuro próximo representaciones a escala de las principales pinturas rupestres de las cuevas y abrigos rocosos del Campo de Gibraltar, algunos tan conocidos como los de Laja Alta, en Jimena, Bacinete, en Los Barrios, y el Tajo de las Figuras, en Tarifa.
La idea es ofrecer al visitante un recorrido en el que no sólo pueda admirar algunas de las escenas y representaciones más emblemáticas del arte rupestre del sur de Europa, sino que también pueda “tocarlas y mirarlas de cerca”, casi como si estuviera en el interior de una cueva, pero sin el daño que ello conllevaría en la realidad.
Escenas rupestres que se podrán “admirar de cerca e incluso tocar”
Según ha explicado en estos días Pilar Pintor, las creaciones de Manuela Puerta permitirán que el Museo ofrezca “paneles realizados a escala, que recogerán los principales motivos rupestres de la comarca, y los últimos hallazgos, respetando la textura original de la roca sobre los que fueron realizados, en soporte rígido a base de polvo de arenisca y resinas que darán relieve a las figuras, consiguiendo que el público, también a través del sentido del tacto, acceda al conocimiento de este rico patrimonio, interactuando con él”.
Esta posibilidad de “tocar las pinturas” supone, además, un “plus de accesibilidad” para el Museo, convirtiéndolo en una oferta más atractiva para las personas con discapacidad audiovisual.
Los niños en edad escolar serán, también, otros de los grandes beneficiarios de este proyecto, que pretende complementar la difusión de “este interesante y excepcional patrimonio” con talleres y actividades culturales y lúdicas dirigidas a los centros educativos, con el objetivo de “acercarlo a los más jóvenes favoreciendo su disfrute, actitudes de respeto y sentimientos de propiedad colectiva”.
Al fin y al cabo, y tal y como advierte Manuela Puerta, “sólo se respeta lo que se conoce”, por lo que “resulta vital implicar a las nuevas generaciones en el conocimiento y la necesidad de protección de este patrimonio, que es de todos”.
Propuestas como Patrimonio de la Humanidad
El proyecto, que podría ser una realidad antes de que acabe el año, cuenta también con el apoyo de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, institución que, tal y como recuerdan Pilar Pintor y la directora del Museo, Rosabel O’Neill, “apuesta por la recuperación, conservación y puesta en valor de este singular patrimonio artístico, heredado de las primeras culturas que habitaron esta comarca”.
Por otra parte, cabe recordar que, en marzo de 2019, hace ahora casi dos años, Pintor, que también es diputada en el Parlamento Andaluz, presentó una propuesta en la Comisión de Cultura de la Cámara autonómica para que se activaran los trámites necesarios para “poder incluir en la Lista de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco los emplazamientos con pinturas y grabados rupestres hallados en la provincia de Cádiz”, entre los que se encuentran los del Campo de Gibraltar.
Pintor ya destacó entonces el “incalculable valor de estas manifestaciones artístico-simbólicas”, y “la importancia de fijar un plan de actuación para la conservación y mantenimiento de los emplazamientos, en colaboración con otras instituciones o colectivos que también trabajan en la conservación de este arte prehistórico”.
La parlamentaria algecireña exponía también la necesidad de “poner en marcha un plan que incluya emplazamientos, accesos, estado de conservación etc, con el propósito de evaluar los niveles de peligrosidad de algunos enclaves del Arte Rupestre del extremo Sur”.
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