La Garganta del Capitán, el tesoro natural escondido en los montes de Algeciras
Un sendero de casi 6 kilómetros rodeado de bosque de laurisilva permite llegar hasta una bucólica cascada rodeada de leyendas, en pleno Parque Natural de Los Alcornocales.
Cuenta una leyenda que este sorprendente paraje natural, para muchos aún desconocido, esconde un misterio: una gran roca, con una inscripción lapidaria, que los viejos del lugar atribuían a la tumba del “Capitán”: un bandolero abatido en los montes de Algeciras, cerca de una bucólica cascada, y no lejos de la lápida de un molinero que murió de cólera.
A pocos metros de ese lugar, además, se pueden observar unas cavidades antropomórficas cavadas en la roca de arenisca, en lugares aislados y sin restos visibles de asentamiento humano, que tradicionalmente se han atribuido a la Edad del Bronce. ¿Eran realmente tumbas, o simples cavidades para secar los cadáveres al sol y momificarlos, en aquellos tiempos remotos? Y si era así… ¿por qué fueron llevados tan lejos?
Ésas y otras preguntas sin respuesta aparecen incluidas en la “Guía Secreta de Algeciras”, recientemente editada por el Ayuntamiento de Algeciras y dada a conocer en Madrid, en la última edición de la Feria Internacional del Turismo (Fitur). La publicación, editada a modo de cuadernos de viaje de tamaño bolsillo, al estilo de los de los exploradores de épocas pasadas, dedica un apartado especial al que era, al menos hasta hace poco, uno de los “secretos” mejor guardados del patrimonio natural de esta ciudad asomada a la Bahía: la Garganta del Capitán.
Restos de antiguos molinos harineros a orillas de un arroyo
Ubicada dentro de los límites del Parque Natural Los Alcornocales y de la Reserva de la Biosfera Intercontinental del Mediterráneo, en el término municipal de Algeciras, la Garganta del Capitán era hasta hace no demasiado tiempo, un tesoro natural semiescondido, casi oculto para quienes no vivían en Algeciras ni conocían a algún lugareño que les hubiera hablado de su belleza.
En la actualidad, sin embargo, Internet y las redes sociales han contribuido a su visibilidad, y cada vez son más los foráneos, senderistas y amantes de la naturaleza, que acuden a “descubrir” este paradisíaco rincón, meta de un sinuoso sendero que se vuelve angosto en sus últimos tramos, y en el que no faltan los restos de antiguos molinos harineros a orillas del arroyo.
Según consta en la información difundida en las guías oficiales de la Junta de Andalucía y la Diputación Provincial de Cádiz, entre otras, el senderista puede encontrar, a lo largo del recorrido, bosques de laurisilva con alisos, fresnos, laureles y quejigos, que ofrecen numerosos y agradecidos momentos de sombra.
Además, durante el camino, cuya altitud máxima es de 140 metros, se puede disfrutar de singulares vistas de la Bahía de Algeciras, el bosque alcornocal y el monte público Hoyo de Don Pedro.
El sendero, de 5,9 kilómetros, se inicia en el punto kilométrico 2,5 de la carretera CA-P 231, que une la antigua carretera de Los Barrios con la barriada algecireña de El Cobre. Se puede llegar hasta él circulando por esta carretera en dirección Sur, hacia el polígono industrial Cortijo Real, y dejando atrás el centro penitenciario de Botafuegos, hasta cruzar una rotonda decorada con una vieja embarcación.
A partir de ahí, a unos 900 metros de la rotonda, aparece a la derecha el carril de acceso que da inicio al sendero, y que discurre perpendicular a la carretera. Este carril sirve también de aparcamiento, comenzando el sendero propiamente dicho una vez que cruzamos a pie la cancela existente.
Hasta llegar a la bucólica cascada que justifica, por sí sola, toda la excursión, el camino de ida puede llevarnos entre una hora y media y dos horas, dependiendo de cuántas paradas hagamos para realizar fotografías, hacer alguna parada de descanso o, simplemente, detenernos a disfrutar del entorno y sus pequeños detalles.
Una postal de videoclip
A modo de anécdota, cabe tener en cuenta que la belleza del lugar ha convertido a esta cascada, de un tiempo esta parte, en uno de los “escenarios” preferidos por no pocas parejas de novios para inmortalizar su historia de amor, y realizar en este marco de verde, luz y agua algunas de las fotos más románticas de su álbum de bodas. Recientemente, además, incluso artistas consagradas como la cordobesa India Martínez elegía la Garganta del Capitán para rodar parte del videoclip de “Aguasanta”, una de las canciones de su último disco.
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